El mundo entero se ha visto conmocionado por la pandemia del COVID-19, y todas las personas han visto afectado su día a día de un modo u otro. Mucho se ha hablado de la entereza de los profesionales que han estado en primera línea en el sistema sanitario, así como de la afectación en muchas personas que han visto desaparecer, al menos momentáneamente, sus puestos de trabajo. En este artículo queremos recoger la experiencia vivida en las plantas de producción farmacéuticas, en base a las vivencias que nos han contado los directores de las plantas que son miembros del Foro ManageArt de eficiencia industrial del sector farmacéutico.
A pesar de no encontrarse en la primera línea de atención a los enfermos, el sector farmacéutico ha sido considerado desde el primer momento como un sector esencial, y por tanto sus empresas y trabajadores han continuado desarrollando sus actividades de fabricación de productos farmacéuticos.
España cuenta con 160 plantas de producción de productos farmacéuticos con una media de 160 trabajadores por planta, integrados en 116 grupos empresariales, lo que supone un colectivo de empleo directo en las plantas de unos 26.000 trabajadores, y unos 39.000 trabajadores indirectos que suministran y dan servicio a las plantas. Algunos de los trabajadores del sector, aquellos que dan servicio a las actividades principales de producción y control de calidad han trabajado desde sus casas, pero la mayoría han continuado acudiendo a sus puestos de trabajo en las líneas de fabricación, laboratorios de análisis, almacenes de distribución, y en las actividades de mantenimiento necesarias para su funcionamiento.
Ello ha supuesto un reto importante para el sector, ya que hacer funcionar una fábrica cuando el resto de las actividades de la sociedad están casi paradas supone un enorme esfuerzo. En primer lugar, ha sido necesario un esfuerzo ingente para dotar a los trabajadores de las medidas de protección individual adecuadas. Asimismo, la situación ha generado ansiedad y estrés que los trabajadores y las empresas han tenido que gestionar, al mismo tiempo que la pandemia afectaba directa o indirectamente a algunos de los trabajadores y sus familiares, lo que ha obligado a tomar medidas de cuarentena. El resultado de esta situación en las personas que trabajan en el sector ha sido un aumento en el absentismo en los puestos de trabajo, que ha llegado a aumentado entre tres y siete puntos porcentuales, y que ha supuesto un reto para las empresas para poder hacer frente a la demanda.
Sobre la demanda de productos farmacéuticos, cabe señalar que la afectación ha sido muy variable según los productos fabricados en cada planta. Durante las semanas previas al confinamiento hubo un incremento de la dispensación de medicamentos éticos para tratamiento de enfermedades crónicas, así como acopio por parte de los consumidores de productos para el tratamiento de los síntomas de la gripe, como el paracetamol y el ibuprofeno. Oros medicamentos han tenido crecimiento debido al tratamiento directo de las afectaciones del COVID y necesarios para la hospitalización, y por tanto, la afectación en términos de volumen de producción ha sido muy variable. En términos numéricos, algunas plantas han sufrido un descenso del volumen de hasta el 40% debido a la focalización en productos cuya demanda ha descendido significativamente, mientras que otras han tenido incrementos de más del 30% en volumen.
Esta variación tan significativa del volumen de producción (mayor si atendemos al mix de los productos fabricados) ha conllevado un enorme reto para las cadenas de suministro de estas plantas de fabricación. Una parte relevante de los Principios Activos (API) y excipientes utilizados en estas plantas se produce en Asia o en otros países de Occidente, con una anticipación en los pedidos que va de 3 a 6 meses, por lo que cualquier variación en la demanda es tremendamente difícil de gestionar, máxime en el entorno actual en el que hasta el transporte ha sido un reto. Este reto ha sido superado gracias a que las plantas de producción contaban con inventarios de seguridad o en algunos casos con dos proveedores homologados. En alguna situación puntual las plantas han recurrido a la homologación de nuevos proveedores por la vía de urgencia.
Algunos de estos suministros han visto incrementado sustancialmente sus precios, y el coste del transporte se ha incrementado en algunos casos hasta en un 50%. No obstante, las empresas del sector han demostrado la consistencia de sus cadenas de suministro y han sido capaces de suministrar al mercado sin retrasos significativos. Otra cosa serán los costes que han tenido que soportar las empresas farmacéuticas, máxime en un sector que ha sido castigado por la administración en los últimos años y que ha obligado a políticas de máxima eficiencia y mínimos costes para poder suministrar a la red de distribución sus productos que los consumidores podemos adquirir en las farmacias en algunos casos por menos de 2 €.
Cuando a uno le explican el enorme reto que ha tenido que gestionar la industria farmacéutica supone que las plantas disponían de detallados planes de contingencia. Y esto es cierto en algunos casos, pero en ninguno se contemplaba una situación parecida a esta. No obstante, la industria farmacéutica es una de las que tiene un personal más cualificado en todos sus niveles, y esto ha sido un factor clave para la superación de esta crisis.
Otro factor que ha sido vital para las empresas ha sido el soporte que han tenido, principalmente de sus grupos empresariales, aunque también destacan el soporte recibido por colegas del sector con los que han compartido los retos, así como el soporte de las administraciones (en concreto de la AEMPS) que ha facilitado al máximo la introducción de nuevos proveedores alternativos para poder mantener el suministro, siempre asegurando la calidad de los productos suministrados.
Lo que es seguro es que esta crisis va a suponer un antes y un después en la forma de gestionar las plantas de producción, y en especial sus cadenas de suministro. Uno de los retos más compartidos en el sector es la necesidad de cubrir con un mínimo de dos proveedores todos los API’s y excipientes estratégicos con origen en diferentes zonas geográficas o incluso internalizando la producción de alguno de ellos. Los directores industriales con los que hemos hablado se muestran satisfechos en la forma como sus equipos han gestionado la crisis, pero nos han explicado las dificultades que han tenido que gestionar, así como el hecho antes mencionado que en sus planes de contingencia no estaba prevista una pandemia como esta. Por otro lado, esta crisis también ha permitido destacar el compromiso de los trabajadores con sus empresas, así como las posibilidades que ofrece el teletrabajo que, según nos comentan, ha llegado para quedarse, aunque para ello será necesario avanzar en la digitalización de las empresas.
No podemos terminar este articulo sin agradecer a los directores de las plantas de producción miembros del Foro ManageArt de eficiencia industrial del sector farmacéutico que nos han atendido, a todos los profesionales de todos los sectores esenciales que se han mantenido al cuidado de toda la sociedad y sin un sentido recuerdo por todos aquellos seres queridos que no han podido superar la enfermedad.